Palma aceitera, apuesta rentable para Panamá

PANAMÁ. En un mundo en el que se buscan alternativas de combustibles renovables que a la vez sean rentables, generen puestos de empleo e ingresos económicos, países como Panamá podrían apostar a productos como la palma aceitera.

Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación de Palma de Colombia (Fedepalma), conversó con La Estrella sobre la experiencia que vive su país, la cual considera ha sido favorable y les ha permitido generar una agroindustria sólida y rentable que ha resuelto el problema de ingresos de miles de familias en el área rural, donde resulta más difícil generar fuentes de empleo.

Actualmente en Colombia cuenta con más de 130 mil personas que se ocupan directamente de la producción de este rubro, por lo que el presidente de la Fedepalma calcula que medio millón viven de lo que genera la palma de aceite.

Según explicó el productor colombiano, además de ser comestible es una fuente rica en biomasa, una planta eficiente para traducir la energía solar en múltiples productos.

En Colombia, este cultivo se ha venido desarrollando a lo largo de los últimos cincuenta años y sigue en franco crecimiento. En cinco décadas han logrado la producción de 400 mil hectáreas sembradas, 2/3 partes están en producción. Se produce cerca de 1 millón de toneladas de aceite de palma anual.

RUBRO MULTIUSOS

Una actividad como la producción de palma aceitera, además de ser amigable con el ambiente, es renovable y por su desarrollo a largo plazo genera cientos de empleos.

El aceite de la palma es un producto multiusos. Es un derivado que es materia prima para aceites vegetales comestibles, productos para panadería industrial, margarinas, grasas especiales, chocolaterías; y para otras aplicaciones no alimentarias como jabones, detergentes, cosméticos, lubricantes, pinturas e incluso biocombustibles. Con el aceite de palma se produce lo mismo que con el petróleo y además es comestible, lo que permite que se aproveche en un 100%. A partir de la biomasa también se pueden obtener otras aplicaciones, por ejemplo la generación de energía eléctrica. La palma de aceite ante todo es energía. El aceite se puede convertir en combustibles para mezclarse con combustibles fósiles. También se puede utilizar en la generación de energía eléctrica.

PRODUCTO TROPICAL AFRICANO

La palma de aceite es un cultivo originario de África del golfo de Guinea. Es un cultivo introducido, pero es tropical a diferencia de otros productos que no se adaptaron adecuadamente. Se puede sembrar y resembrar posteriormente, no es como el petróleo que se agota. Produce 10 veces más aceite que la soya u otras fuentes de aceite vegetal.

Allí radica su competitividad y la prominencia que ha ganado a nivel mundial, convirtiéndose hoy día en el primer aceite vegetal producido y consumido internacionalmente.

En Colombia se ha usado tradicionalmente para alimentos, mezclas de aceites vegetales, pero también para otros usos industriales como jabonería, pintura, pero últimamente como biodiésel.

Este país limítrofe con Panamá cuenta con seis plantas productoras. Han logrado crear una mezcla que tiene 10% de aceite de palma, el cual se combina con diésel fósil.

Este producto ha posicionado a Colombia como uno de los países pioneros en la producción de etanol carburante en la región latinoamericana.

RECOMENDACIONES A PANAMÁ

La palma aceitera es un producto que le puede brindar un potencial a los países del trópico, en especial a los del trópico húmedo. Panamá es uno de ellos. Este es un cultivo muy atractivo porque es perenne. Se mantiene por años. No es cultivo para seis meses. Es un producto que rinde a los 20 ó 25 años.

Según el presidente de los productores de palma colombianos, el problema en los países latinos es la mentalidad a corto plazo, los productores esperan un rendimiento casi inmediato. En Colombia el éxito ha sido que el gobierno y la banca entendieron que se requerían créditos a largo plazo. A doce años y cuatro años de gracia. La palma aceitera puede traer muchos beneficios sociales, económicos y ambientales. Lo que requiere generarse es el establecimiento de una política institucional adecuada para que se pueda explotar. Es decir es necesario que las instituciones del Estado, en conjunto con el sector privado, desarrollen una política para este rubro. Además, la banca debe considerar una política crediticia. La empresa privada tiene que interesarse por la producción y todos de manera mancomunada desarrollar o acordar una política para este rubro que podría llegar a remplazar la exportación de otros.

INVERSIÓN POR HECTÁREA

La palma aceitera no demanda una inversión importante sobre el valor de capital importante de la tierra, dice Jens Messa Dishington.

El productor colombiano recomienda que quien se va a dedicar a esto tiene que estar preparado para un cultivo que demanda un valor de capital importante, pues debe estar dispuesto a realizar inversiones de entre 6 y 10 mil dólares por hectárea, monto que considera que es una inversión media por hectárea, pues es menos que banano, mucho menos que flores, pero más que ganadería y otros rubros de ciclo de corto, sin duda es una agroindustria que una vez establecida puede generar mucho desarrollo social y económico en el área que se produce. El monto es variable.

El productor asegura que la única constante en estos negocios es la volatilidad de los precios. Hay una época como la que se vive hoy en la que los precios son muy buenos, mil dólares la tonelada. Hace algunos años era de 300 dólares la tonelada.

Se trata de una agroindustria rentable y, sobre todo, renovable, reiteró una y otra vez el productor colombiano.

En un mundo en el que se están buscando alternativas combustibles renovables en el que los derivados del petróleo no lo son, se puede pensar entonces en la palma de aceite, aunque él mismo considera que la palma no es un remplazo para el petróleo. Se puede pensar en una serie de productos, entre los cuales podría estar la palma aceitera.

CARLOS ANEL CORDERO

http://www.laestrella.com.pa

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